“Cuanto más te observo mejor te comportas”. Con esta frase abría mi discurso de agradecimiento por el otorgamiento del III Premio Ferran Termes a la mejora de la transparencia y la eficiencia en la gestión. Con esa frase de Jeremy Betham quería poner de manifiesto una verdad universal: a mayor transparencia, mayor eficacia y eficiencia en la gestión. Y no es un tema menor.
La entrega se llevó a cabo durante las II Jornadas de Auditoría y Compliance, en la sede de la Sindicatura de Cuentas de Cataluña, con un interesante programa y auspiciados por la World Compliance Association, con un gran éxito de programa, en el que tuve el placer de participar. Pude compartir el Panel III “Cumplimiento en el Sector Público”, con Lara Baena, consultora de Prevenció de l’Oficina Antifrau de Catalunya, que abordó los riesgos para la integridad en la contratación pública, con la magnífica moderación de Carlos Saiz, analizando en mi caso el Compliance en el Real Decreto 424/2017, de 28 de abril, por el que se regula el régimen jurídico del control interno en las entidades del Sector Público local, y en la que analizamos la necesidad de seguir avanzando en la transparencia y en la gestión de riesgos, en una línea de trabajo próxima al Compliance ( 5 Técnicas de Compliance en el Reglamento de Control Interno).
Porque hoy tenemos una ley de transparencia, pero no siempre ha sido así. No es excusa. Ya los constituyentes de Cádiz, en 1812, decretaban la Constitución política para el buen gobierno y recta administración del Estado. No puede ser de otro modo. Más de doscientos años después el buen gobierno y la buena administración siguen siendo un derecho fundamental de todos y una vía eficaz para prevenir y luchar contra la corrupción, y no hablamos de derechos evanescentes, sino de datos concretos, las previsiones de los estudios más recientes contemplan que una mejora en la calidad institucional de las instituciones públicas podría suponer, en quince años, la elevación del producto interior bruto nacional (PIB) per cápita un 16%. Casi nada.
Y para garantizar dicha transparencia, y la eficacia y eficiencia en la gestión las técnicas de Compliance se presentan como una oportunidad para reforzar las políticas de integridad institucional. Y, en particular, fue la posibilidad de la traslación de las técnicas de Compliance vía Real Decreto 424/2017 la idea de la que surgió el trabajo premiado, “COMPLIANCE Y CONTROL INTERNO: UNA PROPUESTA PARA LA MEJORA DE LA TRANSPARENCIA Y LA EFICACIA EN LA GESTIÓN LOCAL”, con el que pretendía (espero haberlo conseguido), ofrecer una visión positiva del control interno, explorando a modo innovador, las conexiones del Compliance, la auditoría y el control interno.
Aunque no todo el mundo comparte esta visión innovadora para la gestión pública, por no compartir la hipotética traslación de una técnica ideada para el sector privado al sector público. Pero las Administraciones públicas, en general, y las administraciones locales, en particular, se enfrentan, desde hace ya un cierto tiempo a nuevos retos y a nuevos paradigmas en la gestión, paradigmas que se encuentran directamente relacionados con la necesidad de dotar de legitimidad la acción pública y superar el horizonte de fuerte desafección política que, en el año 2008, se abría con la crisis económica. Y para superar este horizonte las políticas de transparencia y de buen gobierno se presentan como mucho más que un simple mandato legal, aparecen como una vía para recuperar la confianza ciudadana en las instituciones, transformando los roles de relación sociedad-administración.Y todo ello en unos tiempos de profunda liquidez, como decía Stigliz, en los que a los funcionarios nos están removiendo las bases conocidas todos los días. Nuevas realidades exigen nuevos enfoques, exigen funcionarios VUCA.
Como bien señala Antonio Arias, en el prólogo de una magnífica y recomendable obra “Ser funcionario en tiempos difíciles”, de José Ramón Chaves, los funcionarios tenemos que enfrentarnos a nuevos retos y tenemos que reflexionar, nos encontramos ante un modelo que agoniza y un nuevo paradigma para la cadena de valor de la administración ante los profundos cambios derivados de la sociedad del conocimiento.
Porque se trata de utilizar todas las herramientas a disposición de la administración en la prevención y lucha contra la corrupción, pero sobre todo en la prevención, ya lo dice la sabiduría popular “más vale prevenir que curar”. La prevención está claramente relacionados con el derecho a la buena administración, con los niveles de inversión, productividad y desincentiva la circulación de capital y la inversión extranjera, influyendo decisivamente en el nivel de desarrollo.
Por eso tengo que dar las gracias, en primer lugar, por la existencia de este tipo de reconocimientos, que contribuyen a dar visibilidad a la transparencia y a su importancia directamente vinculada con una mejor gestión, más eficiente, de mayor calidad, y, en consecuencia, de mayor calidad.
GRACIAS a los convocantes, ACCID (Asociación Catalana de Contabilidad y Dirección), al Colegio de economistas de Cataluña, Consejo del Colegio de Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Administración Local de Cataluña, Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Cataluña, y la Sindicatura de Cuentas de Cataluña, por la creación de reconocimientos como éste que estimulan esa línea de trabajo y divulgación. A la World Compliance Association, por apostar por el Public Compliance como una línea permanente de trabajo e investigación y la organización de esta jornada.
GRACIAS a tantos y tantas compañeras que, desde la trinchera local, contribuyen cada día a mejorar la tan difícil gestión local, marcada por la hiperfragmentación de la planta local, la escasez de recursos, y en ocasiones, las tensiones político-funcionariales. Compañeros de los que aprendo tanto todos los días, no es fácil, en el mundo local estamos, sin duda, en las trincheras, en la primera línea de fuego.
GRACIAS, a mi marido, Luciano que hoy me acompaña y gracias a cuya generosidad puedo dedicar tiempo a investigar, y reflexionar sobre la gestión pública, a elaborar trabajos como éste que me tanto me enriquecen, y sin cuyo apoyo no podría realizar. Y cómo no, a mis padres, Tino y Lola, que me han inculcado el valor del trabajo, del esfuerzo y del conocimiento, en especial, a mi querido padre, Tino, que ya no está con nosotros pero que estaría muy orgulloso de verme hoy aquí, y que me acompaña en cada paso de mi vida y que me enseñó, como decía Jim Stovall, que la integridad es hacer lo correcto aunque nadie te esté mirando.
PD: Y muchas gracias también al gran Antonio Arias, que en su entrada sobre la II Jornada de Auditoría y Compliance, por su magnífica crónica y amable reseña de la obra Guía Práctica de Compliance en el Sector Público.