Cómo utilizar el Compliance al servicio de los ODS

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), herederos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, representan un nuevo punto de partida para el crecimiento de las sociedades modernas, buscan garantizar un desarrollo que satisfaga las necesidades actuales sin repercutir e impactar en el de las futuras generaciones. La consecución de los ODS no es una tarea que corresponda en exclusiva a los poderes públicos, al contrario, debe plantearse como un reto global, multinivel y transversal en el que deben colaborar empresas, organizaciones sociales y demás actores relevantes.

En España, según el Informe «Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 100 ciudades españolas», las ciudades españolas logran sus mejores resultados en los ODS 3 (salud y bienestar) y ODS 16 (paz, justicia e instituciones sólidas), seguidos del nº 6 (agua limpia y saneamiento) y nº 7 (energía asequible y no contaminante). El objetivo nº 14 (vida submarina) aparece también entre los mejor situados en aquellas ciudades donde ha sido medido –los municipios costeros o situados en riberas fluviales navegables.En el sentido contrario, el ODS con peores resultados en los municipios es el nº 8, relativo al trabajo decente y crecimiento económico, que presenta grandes retos, puesto que hay un total de 16 ciudades con este objetivo en rojo.

ODS 16

En esta ocasión me gustaría llamar la atención sobre uno en particular, el ODS 16 “Paz, justicia e instituciones sólidas” que ofrece una proyección clara en términos de transparencia, participación y colaboración, claramente conectado con la rendición de cuentas, por su conexión con la integridad pública, y, en consecuencia por la utilidad que a estos efectos puede presentar la aplicación de las técnicas de Compliance.

Y es que las instituciones que no funcionan conforme a la Ley son más propensas a la arbitrariedad y al abuso de poder y tienen menos capacidad para prestar servicios para todos, provocando así situaciones de desigualdad, en una actuación diametralmente opuesta a su esencia, naturaleza y finalidad.

Por ello, contar con una herramienta de ética e integridad como es el Compliance, no puramente formal, sino estructural con la finalidad última de promover el cambio cultural conducirá a esas instituciones sólidas, recuperando la legitimidad democrática y la confianza ciudadana. Porque el Compliance, hace referencia una función independiente que identifica, asesora, alerta, monitorea y reporta los riesgos de cumplimiento en las organizaciones en relación con las leyes aplicables, las regulaciones, los códigos de conducta y los estándares de buenas prácticas.

Más allá de las derivadas penales de estas técnicas, su utilización en el sector público tiene una proyección de mejora transversal al conjunto de la organización y directa en términos de transparencia, equidad y buen gobierno. La existencia de herramientas de autorregulación constituye un eje fundamental para el refuerzo de los mecanismos de integridad en aplicación de la teoría de la asociación diferencial, según la cual el sujeto aprende estos nuevos valores en el seno de la organización a través del contacto con el resto de los miembros, aprendizaje que no siempre se orienta a los valores de la integridad pública, por lo que la aplicación de las técnicas de Compliance pueden ofrecer las claves para reforzar ese clima organizacional, ofreciendo el marco de integridad de la respectiva entidad.

METAS ODS 16

Planteémonos ahora, sin perjuicio de la relevancia del conjunto de las metas establecidas para la consecución de este objetivo, algunas de esas metas especialmente sensibles a los resultados que una política de integridad, de Public Compliance

16.5.- Reducir sustancialmente la corrupción y el soborno en todas sus formas.

Las políticas de integridad y compliance están llamadas a actuar directamente en la gestión de riesgos para la prevención y, en su caso, lucha contra la corrupción, a través del correspondiente mapa de riesgos, detección de irregularidades, sistema de denuncias, y el correspondiente régimen disciplinario.

16.6.- Crear instituciones eficaces, responsables y transparentes a todos los niveles.

La transparencia es una de las claves sobre las que pivota el Compliance público, más allá de las exigencias legales, se trata de promover un cambio cultural, entendiendo la transparencia también como una herramienta que permita una efectiva rendición de cuentas, y, en su caso, la exigencia de las respectivas responsabilidades.

16.7.- Garantizar la adopción de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades a todos los niveles.
El Compliance actúa directamente sobre los procesos de toma de decisión, garantizando no sólo la debida transparencia que aleje cualquier atisbo de arbitrariedad en los factores determinantes, sino también que todos los actores implicados estén representados y tengan la oportuna participación.

16.10.- Garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales.

El libre acceso a la información pública, la publicidad pasiva, constituye la otra cara de la moneda de la transparencia, cuyo libre ejercicio se identifica con la normalidad democrática en los países en los que se respetan los derechos y libertades fundamentales, más allá de su configuración legal y base constitucional. El establecimiento de las garantías en el procedimiento, la supervisión a modo de compliance officer y el establecimiento de un sistema de control y seguimiento, así como de sanción, vertebran su cumplimiento a través del Compliance

En definitiva, se trata de utilizar todas las herramientas a disposición de la administración en la prevención y lucha contra la corrupción, claramente relacionados con el derecho a la buena administración, pues los estudios a nivel internacional avalan que la corrupción lleva a menores niveles de inversión, productividad y desincentiva la circulación de capital y la inversión extranjera, influyendo decisivamente en el nivel de desarrollo. De este modo, las políticas de Compliance se sitúan al servicio de los ODS para alcanzar, en este caso, unas instituciones sólidas, íntegras y confiables.

NOTA:

Sobre los ODS y su integración efectiva en las políticas públicas podemos encontrar información de interés en

Guía para ayudar a las ciudades a empezar con los ODS

– Agenda 2030. Cómo abordar los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde el ámbito local. Guía práctica, disponible en el siguiente enlace

– Puede consultarse más información sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible en el siguiente enlace