Los 5 roles del FHN ante la innovación y la transparencia. «De Superman a Gary Cooper»


«Los Funcionarios de Habilitación Nacional ante los retos de  la innovación y la transparencia. Del BOE a la realidad municipal». Con este título abordaba en el V Congreso Andaluz COSITAL» el complicado papel que corresponde a los FHN en el momento de transformación de la administración pública que estamos viviendo, describiendo los 5 roles del FHN ante dichos retos.

¿Por qué retos ante la Innovación y la Transparencia? Porque en los últimos años hemos visto, leído y escuchado estas dos palabras en múltiples ocasiones, acompañadas en muchos casos de otros términos como administración electrónica, buen gobierno, datos abiertos, y similares. Términos que han llegado a la administración pública, en general, y a la local, en particular de la mano de nuevas normas: la Ley 19/2103 de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno y las Leyes 39/2015 de Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas y 40/2015 de Régimen Jurídico del Sector Público.

Pero, precisamente por tratarse de normas de carácter básico y en respeto a la autonomía local, estas leyes no contemplan los aspectos organizativos de aplicación en unas EELL que a su ya tradicional heterogeneidad y escasez de recursos materiales y personales, ha venido a sumarse unas plantillas gravemente lastradas por la congelación de las ofertas de empleo público que han mermado los efectivos disponibles y la incorporación de personal que responda a los nuevos perfiles que demanda la nueva administración.

Por ello, con carácter general, la aplicación de este nuevo ecosistema normativo se encomienda a los Funcionarios de Habilitación Nacional, a los FHN, Secretarios, Interventores, Secretarios-Interventores y Tesoreros de Administración Local, que, en su actitud ante los nuevos retos que se plantean presenta distintas tipologías, de las que enumeraremos las 5 más habituales.

1.- El FHN Superman

Así parece vernos el legislador. Dotados de extraordinarios superpoderes, capaces de abordar cualquier tarea que aparezca y se sume a las múltiples ya existentes, tareas asociadas, a poder ser, con rigurosos y exigentes plazos de cumplimiento. Las obligaciones en materia de transparencia, de publicidad activa, en relación con el derecho de acceso a la información, el buen gobierno, y por supuesto la implantación de la administración electrónica, y todo ello salpimentado con el debido cumplimiento de la normativa en materia de protección de datos, parece caer en el «cajón de sastre» que somos los FHN. Casi nada. Esta realidad se hace especialmente patente con los compañeros de la subescala de Secretaría-Intervención que, unidos a los retos de la innovación y la transparencia, han de asumir la responsabilidad de la famosa estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera con sus múltiples  

Como muestra un botón. el vídeo de El Interventor, describe con humor esta realidad que a golpe de Ley, Real Decreto, Orden Ministerial e incluso Nota informativa apócrifa, nos encontramos con mucha frecuencia (si no lo habéis visto, no os lo perdáis, son sólo 4 minutos).

2.- El FHN Hombre orquesta

A pesar de los supuestos superpoderes, así es en realidad como somos, y como nos vemos, como un hombre/mujer orquesta, intentando tocar todos los instrumentos y que no desafinen, al menos, no mucho. Este modelo se da, además, en dos planos, en el de las múltiples funciones que toca asumir, tanto por la falta de medios como ante la indefinición en la asignación de funciones, no hay RPT o guía de funciones que lo diga, pero con carácter general, sí hay unanimidad en decir “será cosa del Secretario (o del Interventor)”, cuando no se sabe a quién asignar nuevas responsabilidades.

Pero es que, además somos el Juan Palomo de la administración “yo me lo guiso, yo me lo como”. En los pequeños ayuntamientos (no nos engañemos, son la mayoría), el FHN lo hace todo, por ejemplo, un expediente de contratación: desde la orden de incoación, al informe de necesidad, los pliegos, el informe de los pliegos, el informe-propuesta, el acuerdo y así hasta el infinito y más allá. Sin olvidar cuántas veces, nuestro trabajo se extiende a otros ámbitos, que van desde la terapia con los vecinos, a participar en la organización de las fiestas, a hacer fotocopias y cualquier otra tarea que surja.

3.-El FHN Electrónico

Nos van a sustituir los robots. Al menos eso afirman no pocos compañeros, alineándose con la teoría general de la masiva destrucción de empleo derivada de la transformación digital ante la llegada de la administración electrónica, ahora sí, con carácter definitivo, que contará con los FHN entre sus víctimas. Nada más lejos de la realidad. Actuaciones administrativas automatizadas, fe pública electrónica, gestión documental automatizada, reutilización de datos y big data, son solo elementos instrumentales que contribuirán a mejorar nuestro trabajo.

Debemos aprovechar la oportunidad que la administración electrónica ofrece para dedicar el tiempo a tareas realmente productivas, y no meramente automáticas, que permitan añadir valor público y mejorar la calidad de los servicios públicos. La verdadera innovación está en las personas, no es cuestión de contar con la mejor tecnología, sino con el mejor equipo humano. Y éso no hay algoritmo que lo sustituya.

4.- El FHN Sólo ante el peligro

Emulando a Gary Cooper en el clásico de Fred Zinnemann, así es como nos sentimos en muchos casos (y en ocasiones realmente estamos). El volumen de trabajo, las dificultades del día a día y las situaciones de conflicto que se generan hacen que nos aislemos y encerremos. Pero no debemos ceder a la presión, sino buscar aliados, tender puentes y generar redes de apoyo. Vivimos un momento óptimo para aprovechar las oportunidades del trabajo colaborativo, dentro y fuera de la organización, para buscar soluciones a problemas que parecen irresolubles pero también para ofrecer batalla cuando la ocasión lo requiera.

Lo cierto es que en muchos ayuntamientos el FHN es el único técnico con el que cuentan para la gestión administrativa y la lealtad institucional obliga a intentar mantener de vías de comunicación que permitan avanzar en la finalidad del mejor servicio público a los ciudadanos.

5.- El FHN Líder

¿Por qué no? Somos un elemento personal constante (el único al margen de la política) en la organización municipal, vertebramos el mapa local como colectivo y tanto la cualificación profesional, como la visión transversal a la que obliga la posición en la organización convierten a los FHN en la figura clave para liderar los procesos de mejora, de implantación de la administración electrónica y la transparencia. Es preciso salir de la zona de confort, de los clásicos de la habilitación, para asumir nuevos retos, pero en un liderazgo entendido como la capacidad de generar equipos, de sumar apoyos y trabajar alineando objetivos, de desarrollar habilidades directivas que contribuyan a mejorar la organización, pero nunca desde el ordeno y mando.

Especialistas de nada y aprendices de todo, tocamos todos los palos de la administración y nos convertimos, en muchos casos, en el engranaje entre la organización política y la administrativa. Cuello de botella o impulso a la mejora contínua en la innovación o la transparencia, ser una cosa u otra es una cuestión de actitud, no de denominación de un puesto.

Vivimos tiempos de cambio, de profunda transformación, en los que toca renovarse o morir, y en nuestro caso, no cabe duda, toca renovarse, a la espera de una nueva regulación que nos rescate del pasado para adaptar funciones y papel al S. XXI. Pero no sólo los FHN, estoy segura de que en estas palabras y en los distintos roles descritos se habrán visto reflejados muchos y muchas empleados públicos que día a día, desde sus distintas responsabilidades, entonan con ánimo a Gloria Gaynor,  “I Will Survive”.

Y tú ¿a qué tipo perteneces?