Cuando este verano me invitaron a colaborar en el ECA journal, la revista de la European Court of Auditors, me sentí muy honrada por la oportunidad, pero también preocupada ante el enfoque de mi colaboración: la innovación en la auditoría del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Cómo convertir la capacidad de resiliencia en uno de los ejes de la nueva auditoría, más allá de comprobaciones automáticas y automatizables, cómo innovar en la auditoría. El reto no era menor.
La oportunidad para reflexionar, investigar y además contribuir en esta prestigiosa publicación rápidamente me conquistó. Para ello partí del diferente enfoque de los Fondos Next Generation EU, frente a paquetes de financiación anteriores, que se caracteriza por una serie de condicionantes., destacando el impulso a la modernización en los países miembros, poniendo especial interés en la transición climática y digital justa. Con este nuevo instrumento se pretendía garantizar este compromiso mediante la consignación obligatoria de un porcentaje de los fondos a tal fin y promoviendo también la cohesión social y territorial, y así preparar a las economías europeas y a su sociedad para la recuperación y la resiliencia. Se demuestra así la necesidad de abordar el presente y el futuro con una visión VUCA, ante un escenario de incertidumbre, claramente mucho más volátil, incierto, complejo y ambiguo que cuando se acuñó este concepto.
Debemos pensar en la nueva filosofía y enfoque del MRR, que se traslada a los Planes nacionales y establece un sistema de acreditación basado en hitos y objetivos. Porque más allá del gasto de los fondos asignados, y a diferencia de Programas precedentes, exige acreditar los hitos, de carácter cualitativo, y objetivos, de carácter cuantitativo, y evaluar el progreso hacia el cumplimiento de las reformas e inversiones contenidas en los respectivos Planes nacionales. El cumplimiento de ambos, hitos y objetivos, condiciona directamente los desembolsos están condicionados en los plazos acordados.
El MRR como impulso del proceso transformador y el gobierno abierto
Puede afirmarse así que la reconstrucción tras la crisis COVID pretendida por el MRR no busca consolidar el modelo previo, burocrático y arcaico, sino precisamente impulsar y apoyar al proceso transformador que parecía haberse iniciado con la llegada del S XXI pero que no avanzaba al ritmo que aconsejaba la vertiginosa evolución de la sociedad y que se ha precipitado con los extraordinarios acontecimientos que caracterizan el recorrido de la segunda década de este siglo.
Y una de las claves para garantizar el cumplimiento de esos hitos y objetivos es disponer de información actualizada, en cada momento, sobre su estado y evolución. Datos, sin duda, siempre los datos. Por eso, para facilitar el seguimiento de la ejecución del MRR desde la Comisión Europea se ha establecido un cuadro de indicadores que se caracteriza por ser una herramienta para mostrar de forma transparente información a los ciudadanos de la UE sobre la aplicación del MRR, en un ejercicio sin precedentes de rendición de cuentas que debemos conectar con los avances hacia el gobierno abierto en clave europea.
El sistema de indicadores establecido pretende recopilar dos tipos de información:
- Datos recopilados por la Comisión durante el seguimiento de la ejecución de los planes de recuperación y resiliencia.
- Datos recopilados por los Estados miembros sobre 14 indicadores de informes comunes.
Pero además de esa dimensión externa, el cuadro de indicadores sirve también de base para preparar los informes anuales de la Comisión sobre la implementación del RRF y el informe de revisión al Parlamento Europeo y al Consejo, así como el Diálogo sobre Recuperación y Resiliencia entre el Parlamento y la Comisión.
¿Cómo auditar la resiliencia?
Esta era la pregunta clave. Los países miembros de la Unión Europea han experimentado, tras la crisis de Covid, primero, y el conflicto bélico, después, diferentes impactos sociales, económicos, e incluso de gobernanza. Aquéllos que han conseguido superar con mayor éxito los complejos y cambiantes escenarios son los que han demostrado tener una mayor capacidad de resiliencia, en un ejercicio de liderazgo social y capacidad de reacción ágil y flexible, frente a posturas rígidas y poco adaptativas. No será casualidad.
La resiliencia se presenta así como una herramienta con la que fortalecer la capacidad de gestión y de reacción de los países miembros ante escenarios inéditos, primero consecuencia de una crisis sanitaria, después de un conflicto bélico y en el momento actual, de una grave crisis energética. Es imposible prevenir todas las posibles contingencias. El riesgo cero no existe. Por eso, la estrategia correcta pasa por reforzar las organizaciones para que, en un modelo adaptativo y flexible, pueda reaccionar adecuadamente ante las situaciones que se produzcan. Capacidad que debe también tener en cuenta la necesidad de prevenir el fraude, y la corrupción y los conflictos de intereses, ante el elevado riesgo que ofrece la puesta en circulación de considerables recursos públicos, como en el caso del MRR.
La necesidad de asumir este nuevo enfoque conlleva la de cambiar el modelo de pura formalidad en la auditoría y control de la ejecución de los Fondos, de superar la mera auditoría formal de cumplimiento, para pasar a una auditoría de resultados y de objetivos conectados a su finalidad. Para ello, es preciso recurrir a modelos innovadores y novedosos, donde la creatividad permita obtener una radiografía real de los efectos, a corto, medio y largo plazo, de la inyección económica que han supuesto estos Fondos.
NOTA: La auditoría tendrá un papel importante que desempeñar para cumplir con las expectativas de rendición de cuentas. Es necesario un enfoque innovador, y la pregunta con la que a veces luchan los auditores con respecto al MRR es cómo y con qué herramientas es factible. Para saber más sobre este tema puedes acceder al ejemplar completo del ECA Journal en el siguiente enlace.
