¿Cómo profesionalizar la contratación pública?  

Siempre digo que las personas son el alfa y el omega de todos los procesos, y en el caso de la contratación pública, la profesionalización de las personas que intervienen en el proceso adquiere un protagonismo central. Como prueba de ello, todos los instrumentos internacionales en materia de contratación han puesto sucesivamente el foco en la profesionalización y ahora en España, hemos dado un paso más, tal y como veremos a continuación.

Primero, fue la Recomendación del Consejo de la OCDE sobre contratación pública , que en su apartado IX. considera fundamental contar con un personal dedicado a la contratación pública con capacidad de aportar en todo momento, de manera eficaz y eficiente, la debida rentabilidad en este ámbito.

En el ámbito europeo, la publicación de la Recomendación (UE) 2017/1805 de la Comisión de 3 de octubre de 2017 sobre la profesionalización de la contratación pública Construir una arquitectura para la profesionalización de la contratación pública reforzaba esta dimensión, buscando que los estados miembros desarrollasen políticas e iniciativas de profesionalización nacionales en el campo de la contratación pública. A tal fin, la propia Comisión Europea impulsó diferentes líneas de actuación, destacando la elaboración del Marco europeo común de competencias, como se ha dicho.

Es decir, el consenso es unánime sobre la necesidad de profesionalizar la contratación pública, por tanto, la pregunta sería, ¿cómo hacerlo?

Decía que en España, hemos dado un paso más, y ha sido con la elaboración del Marco de competencias para la contratación del sector público español por el INAP,y para facilitar un rápido análisis del mismo, dejamos a continuación un resumen (sin perjuicio de recomendar la lectura íntegra del magnífico trabajo realizado por el INAP).

El documento describe los tipos de competencias, asociados con tres niveles de competencias que desgrana a lo largo del texto, tal y como explicamos a continuación

Tipos de competencias 

Con este marco de competencias se pretende, a través de dos perfiles, centro gestor y unidad tramitadora, describir las competencias profesionales necesarias para el desarrollo de la actividad de contratación. Para ello, la matriz de las competencias se agrupa en dos categorías:

  • Competencias genéricas, que representan las habilidades no técnicas y transversales que deben tener los profesionales de la contratación pública antes de poder dominar las específicas. 
  • Competencias específicas, aplicables a la contratación, que incluyen aquellas necesarias en cada etapa del ciclo de vida del proceso. Se derivan de los conocimientos y las capacidades necesarias para realizar las principales tareas y actividades en todo el ciclo de la contratación pública. A su vez en cada categoría, las 30 competencias se agrupan en diferentes grupos.

Niveles de ejercicio de competencias específicas 

Cada competencia se divide en hasta tres niveles que permiten identificar el grado de profundización de la persona en una competencia de contratación pública concreta, estableciendo así, un nivel progresivo de desarrollo y autonomía que va desde el nivel básico hasta el nivel experto.

Competencias específicas de contratación pública 

  1. Ciclo de vida del proceso de contratación pública 

Todas las personas que participan en el proceso de contratación deben conocer el ciclo de vida del proceso, desde el minuto 1 hasta su cierre definitiva. No vale, esto no me toca, o no es mi responsabilidad, todas (todas) las personas que forman parte del proceso deben tener una visión global, con independencia de en qué fase intervengan, identificando todas ellas, su secuencia y lo que deben hacer en cada una de ellas. Sólo así podrán ser conscientes del impacto que «su parte» tiene en el conjunto y así mejorar su desempeño.

  1. Evaluación de necesidades 

La evaluación de necesidades a satisfacer con el respectivo contrato (pensar antes de actuar) es clave, vista como la fase del proceso de contratación pública en la que se determina, con la mayor precisión posible, la necesidad a satisfacer por un proveedor ajeno a la organización. Necesidades a satisfacer que deben, en cualquier caso, ser coherentes con las finalidades públicas de la competencia del órgano de contratación y que podrá examinarse en el debido ejercicio de rendición de cuentas.

  1. Analizar el potencial mercado proveedor. Consultas 

El análisis proporciona una visión en profundidad de la oferta que el mercado proveedor puede dar a la demanda interna existente. De este modo puede responder a la pregunta de si el mercado puede o no satisfacer la necesidad existente y, en su caso, en qué condiciones, para ello debemos saber cómo usar las consultas preliminares al mercado, las fórmulas de asociación para la innovación y demás posibilidades que existen para alcanzar nuestros objetivos. 

  1. Estrategia de contrataciones 

Cuando hablamos de contratación estratégica no expresamos un deseo, debe ser una realizad. Por eso, una vez obtenida una visión inicial de las necesidades de contratación es preciso diseñar una estrategia para tomar las decisiones más idóneas para satisfacer las necesidades existentes de la forma más eficaz (la oferta económicamente más ventajosa); más eficiente (más rápidamente, sin errores, sin dilaciones, sostenible, innovadora…); y más económica (rentabilizando el gasto público mediante la garantía de una competencia real entre empresas). 

  1. Contratar electrónicamente 

La tecnología debe soportar la gestión integral de todas las fases del ciclo del proceso de contratación pública para reducir la carga administrativa, mejorar la eficiencia e  incrementar la transparencia y la obligación de rendir cuentas de los procedimientos de contratación. La contratación electrónica no sólo es obligatoria, es la mejor opción, sobre todo si pensamos en todas las posibilidades que la Inteligencia Artificial y los procesos de RPA permiten para mejorar la contratación. 

  1. Integrar la contratación pública sostenible

El modelo de contratación actual no puede estar de espaldas al eje de la sostenibilidad, pero para ello, los profesionales deben tener el conocimiento necesario para integrar aspectos ambientales (contratación pública verde – CPV), sociales (contratación pública socialmente responsable – CPSR) y éticos en el proceso de contratación pública. Una forma inteligente de alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible, tal y como explicamos aquí.

  1. Integrar la contratación pública de innovación 

Al igual que en con la competencia anterior, para introducir la visión de la innovación, pero no como mera teoría, sino mediante la comprensión y aplicación de estrategias que promuevan la colaboración con el sector empresarial y la sociedad para impulsar el desarrollo y la implementación de soluciones innovadoras a través de las contrataciones públicas. Se trata de tener #actitudCPI, tal y como decíamos aquí

  1. Planificar las contrataciones y proyectar cada contratación 

La programación y planificación de la contratación no sólo es un deber legal, es una práctica recomendable que exige una visión que permita encajar el proceso de contrataciones en el ciclo de gestión presupuestaria y agendar las diferentes tareas de cada etapa del proceso a lo largo del ciclo anual. 

  1. Preparar el contrato 

El largo y complejo proceso de contratación necesita de una adecuada preparación de toda la información a incorporar en los documentos que servirán de base a la vida del contrato, en particular, muy centrado en los pliegos de contratación, tanto de cláusulas administrativas como de prescripciones técnicas. 

  1. Seleccionar al mejor proveedor 

Seleccionar al mejor proveedor, no el más barato. La normativa (y el sentido común) nos habla de la mejor relación de calidad/precio, de la capacidad de identificar la oferta más ventajosa, la que añade valor de verdad, como dice el refranero popular, «lo barato sale caro», La filosofía debe ser #valueformoney.

  1. Gestionar el contrato 

La fase de ejecución del contrato es, sin duda, una fase crítica, pero, lamentablemente a la que no se presta suficiente atención, es más, yo diría que la gran olvidada, con graves consecuencias. Con graves consecuencias, porque las tareas de esta fase implican asegurarse de que el contrato se ejecute de acuerdo con lo ofertado, con las condiciones establecidas en los pliegos y, obviamente, que se cumplan todos los requisitos legales y técnicos. La figura clave (y poco relevante en muchos casos) en esta etapa del proceso es el responsable del contrato, tal y como decíamos aquí.

  1. Luchar contra la corrupción y el fraude y gestionar riesgos para la integridad en la contratación pública 

Lamentablemente cuando se habla de corrupción en la gestión pública, con frecuencia estamos hablando de contratación. Por eso resulta fundamental que las personas involucradas en los procedimientos de contratación deben ser consciente de la necesidad de formarse en la materia y adecuar su actuación a las medidas de prevención, alineados con el compliance, y con especial impacto en relación a los conflictos de intereses, como una meta para garantizar la eficiencia en la gestión de recursos públicos. 

Bienvenido el ejercicio de definición de las competencias para la efectiva profesionalización de la contratación pública y asegurar así, tal y como recoge la Recomendación de la OCDE que “los profesionales de la contratación pública tienen un alto nivel de integridad, capacitación teórica y aptitud para la puesta en práctica, para lo que les proporcionan herramientas específicas y periódicamente actualizadas”. En definitiva, si queremos alcanzar una contratación pública estratégica, íntegra, innovadora y sostenible la clave estará en la profesionalización de las personas que intervienen en todo el proceso. Empecemos ya¡¡