¿Somos capaces de ver el futuro? ¿De anticipar los productos y servicios que necesitaremos? De eso y de mucho más se habla cuando hablamos de Compra Pública de Innovación (CPI), de ir al mercado a buscar aquellas soluciones que no existen todavía, de cubrir demandas aún no detectadas con las que mejorar la gestión pública. Porque la CPI se configura como una herramienta para fomentar la innovación desde el sector público, concretamente a través de la adquisición de soluciones innovadoras o de soluciones en fase de desarrollo. Innovación que es una piedra angular de este momento transformador que está experimentado el conjunto del Sector Público ( «Verdades y Mentiras de la Innovación Pública«). Siempre me ha parecido muy significativa la cita de Henry Ford “Si le hubiera preguntado a la gente, me habrían pedido caballos más rápidos”, y no un coche…
Tal y como describe a la perfección Mariana Mazzucato en “El Estado Emprendedor”, el papel de los agentes públicos es fundamental para avanzar, para apostar por miradas diferentes, y conjugar a todos los actores en presencia. Porque frente a la demonización (en muchos casos) de la colaboración público-privada, la CPI es un claro ejemplo de tejer alianzas, en aplicación de la propia Agenda 2030, ODS 17, (sobre contratación y ODS, consulta el siguiente enlace) colaboración que también debe presidir las relaciones entre las diferentes instituciones. Colaboración que ha permitido, por ejemplo, en Andalucía, que ya cuenten con 21 proyectos en marcha, en distinto nivel de maduración, y con una inversión superior a los 80 millones de euros
Mapa de proyectos CPI de Andalucía
Tal y como tuve ocasión de exponer en el “I Foro Andaluz de CPI”, organizado por la Agencia Andaluza del Conocimiento-TRADE podríamos pensar que el marco normativo (nuestra querida LCSP) es la base de la CPI, de la Compra Precomercial o de la Asociación para la Innovación. No lo es. Es necesario pero no es el core del proceso de cambio: el eje clave son las personas. Alfa y Omega de todo proceso. Personas innovadoras con otra visión, con nuevas habilidades, que ante la escasez de recursos, la sobrecarga de tareas y una no una muy buena Ley, tienen la capacidad, dedicación y actitud necesarias para transitar por el no siempre fácil camino de la CPI.
Ahora bien, no todas las personas. El Sector Público, por sus características de empleo fijo, permanente e inamovible (sobre este tema, recomiendo leer aquí), permite la calcificación de los procesos, el no moverse del “siempre se ha hecho así”, la inexistencia de ecosistemas de innovación y la consolidación de perfiles profesionales que sienten aversión al riesgo. Aunque más que aversión, diría que miedo al riesgo, en la mayoría de los casos por puro desconocimiento.
¿Qué es la CPI?
Y cómo no, había que responder a la pregunta de qué es la CPI, porque no todo el mundo está en esta línea de acción. Para comenzar y en la práctica de la tendencia más actual, había que recurrir a la Inteligencia Artificial, así que le pregunté a Chat GTP que me respondió que:
“La CPI es una herramienta que promueve la colaboración entre el sector público y el privado para impulsar la innovación y encontrar soluciones creativas a los desafíos y necesidades de la sociedad.”
Me pareció que condensaba bastante bien el concepto, sobre todo para aquéllos que no estén familiarizados. Pero la verdadera respuesta sobre qué es la CPI debemos buscarla en su esencia, en los profesionales de la CPI, personas con una visión de futuro que les permite transitar en estos tiempos VUCA sin miedo a la gestión del cambio y para ello, buscamos el significado de las siglas CPI. Sí, ya sé que es Compra Pública de Innovación, pero en realidad lo que significa es el Compromiso de Personas Increíbles. Porque el Compromiso es clave, compromiso con el servicio público, con la posibilidad de mejorar la vida de todas las personas a través de la innovación, es la expresión máxima de esa vocación.
Por esto, ser profesional de la contratación pública ya es de por sí una aventura de riesgo, en un entorno normativo complejo, con serias dificultades, por eso es necesaria la #actitudCPI, como apunta la experta internacional Sandra Sinde. Tirando nuevamente de acróstico ¿Qué significa la CPI?
La CPI es un Conjunto de Personas Increíbles, que saben Convertir en Posible lo Imposible.
Para poder profundizar en la materia y responder a todas las preguntas sobre la CPI recomiendo el imprescindible Manual Práctico de Compra Pública de Innovación, coordinado por Sandra Sinde y Pilar Batet, y con la aportación de los mejores profesionales con #actitud CPI.