Alcalde-Robot

Partido sintético. Con ese nombre se ha presentado en Dinamarca un nuevo partido político, en sí mismo no sería ninguna novedad la aparición de un partido más, si no fuera porque en este caso el partido está dirigido por una Inteligencia Artificial y su líder es un chatbot. Su objetivo: captar a los daneses que normalmente no votan, a los antipolíticos, y al mismo tiempo, poner la tecnología en el centro del debate político y establecer los mecanismos necesarios “para que rinda cuentas”.

Esta noticia que podría llamarnos la atención, no es la primera iniciativa de este tipo. Ya en el año 2018 un robot se presentaba a la alcaldía de un distrito de Tokio, con el objetivo declarado de luchar contra la corrupción. Y no le fue mal. Consiguió quedar en la tercera posición, con 4.013 votos, a poca distancia del segundo partido. ¿Nos encontramos ante una tendencia que veremos pronto en España? Las próximas elecciones municipales de mayo de 2023 traen la pregunta a la actualidad. Habrá quién diga que sí, que preferiría un robot, imparcial, objetivo, basado en datos para gestionar la política.

En mi opinión, es poco probable que veamos candidatos robots a la alcaldía de municipios de menor población, pero quizás en municipios de mayor tamaño, Madrid, Barcelona o incluso Vigo, puedan surgir iniciativas de este tipo (al margen de cuestiones legales). Sospecho que de aparecer tendrían escaso resultado, al igual que ha sucedido en Dinamarca donde el partido sintético no ha obtenido un gran éxito. No es necesario decir que aunque el líder del Synthetic Party sea una inteligencia artificial, evidentemente los impulsores del proyecto son personas, por lo que es una posibilidad que puede plantearse en cualquier escenario.

Ahora bien, debemos tener claro que los partidos políticos ya están utilizando la tecnología de inteligencia artificial, pero con fines propagandísticos. Con la gestión de los datos, de la información sobre las personas, identifican tendencias, segmentan el mensaje y se dirigen a sus potenciales votantes de un modo más personalizado, con el objetivo de mejorar sus resultados. Lo estamos viendo en grandes plataformas como Facebook que utilizan nuestra información para fines comerciales e intereses empresariales ¿qué no se hará por un voto?

Pero más allá de fines electoralistas, las personas que ocupen las Alcaldías, y cualquier otro puesto de responsabilidad política, sí deberían utilizar la Inteligencia artificial para mejorar la gestión pública. Para tomar decisiones mejor informadas, para personalizar los servicios (no la propaganda electoral), optimizar los recursos públicos, y rendir cuentas, en un ejercicio sin precedentes de inteligencia humana… Es una práctica muy común en el mundo empresarial, en el que se utiliza toda la información a su disposición para mejorar la “experiencia de usuario”. Si tenemos tantos datos, ¿por qué no utilizarlos para gestionar mejor?

Preguntémonos, cuando en mayo de 2023 nos toque pasar por las urnas para elegir a las personas que regirán la política local en los próximos 4 años, para elegir a Alcaldes y Alcaldesas de carne y hueso ¿preferiríamos votar a un robot? Yo no, pero lo que sí me gustaría es que unos y otras utilizasen su inteligencia, la humana, para aprovechar las oportunidades de la inteligencia artificial, para utilizar los datos (tantos datos) a su disposición y mejorar la calidad de los servicios públicos, para garantizar el Estado del bienestar y no dejar a nadie atrás. Porque esa dimensión, la social, la humana requiere de personas cuidando a personas. ¿Alcalde-robot? No, gracias.

Nota: Una versión de esta entrada ha sido publicada en el Diario de Pontevedra, fecha de 3 de marzo de 2022.