5 ejemplos de Inteligencia Artificial (IA) en la Administración pública ¿Presente o futuro?

“La Inteligencia Artificial en marcha: Interoperabilidad entre Administraciones y procedimientos administrativos automatizados”, con este título tuve el placer de participar en el 13º Congreso Jurídico de la Abogacía de Málaga, en la sección de Derecho Administrativo, coordinada de un modo excelente por Gonzalo García Weil, (al que agradezco la invitación y también al gran compañero Domingo Gallego). Y tengo que decir que la preparación de esta ponencia fue absolutamente enriquecedora y muy interesante, en particular, desde la óptica de la Inteligencia Artificial (IA) en el sector público, por lo que me gustaría compartir aquí algunas de las posibilidades que nos ofrece esta tecnología.

Con Domingo Gallego y Gonzalo García Weil en el 13º Congreso de ICA Málaga

Lo  primero que tengo que decir es que de las imágenes más asociadas a la búsqueda de información sobre  inteligencia artificial, es el título de libro de  Terry Pratchett, que me provoca una serie de reflexiones que quizás (sólo quizás) ponga por escrito otro día  “La estupidez real siempre vence a la inteligencia artificial” ¿es cierto? No me gustaría creer que sea así, lo que está claro es que se abren nuevos e inexplorados escenarios que pueden generar cierta resistencia en su implantación.

Lo que sí es cierto es que en materia de IA (y de muchos otros aspectos tecnológicos y  no tecnológicos) se cumple la premisa de que la ley va siempre por detrás de la sociedad, y, en este caso, de hecho, muy por detrás, por lo que su desarrollo e integración en la gestión diaria se está haciendo sin marco legal y eso produce, en muchos casos, vértigo. Porque la posibilidad de incorporar herramientas que permitan realizar de manera más eficiente y segura toda una serie de tareas supone un cambio de calado para las organizaciones.

Sin embargo, los ciudadanos, la sociedad e incluso los empleados públicos resistentes en su faceta personal, aceptan muy bien este tipo de novedades por los beneficios inherentes que conllevan. De acuerdo a un estudio realizado por OpenText, el 25% de los ciudadanos afirma que la implementación de la IA en las administraciones públicas se producirá en los próximos diez años y tendrá grandes ventajas para ellos, tales como reducir los tiempos de espera y disminuir la burocracia administrativa.

Para comprobarlo, podemos enunciar algunas de las aplicaciones que a día de hoy se pueden incorporar en el ámbito del sector público:

1.- Chatbots conversacionales. De la Siri de Apple a la Alexa de Amazon, en nuestro caso sería ¿Paqui?. Debemos preguntarnos si tienen sentido los chatbots en la administración. Ejerciendo de gallega ¿por qué no? Siempre con el servicio público en el centro, y desde la sensibilidad de la mejor “atención al cliente”, no abandonando al ciudadano a su suerte frente a un bot estandarizado (las compañías telefónicas ya han demostrado que pueden acabar con el más  paciente). Sin embargo, la idea de tener un servicio de atención al cliente automatizado todavía suscita algunas dudas entre los ciudadanos, sólo el 14% de los encuestados por OpenText considera que tendría una mejor atención al cliente a través de un robot en los trámites derivados de la Administración Pública.

2.- Drones. Al margen de otras infinitas posibilidades que se abren en la utilización de este instrumento, las labores de vigilancia y control pueden verse notablemente mejoradas por su uso. En materia de seguridad ciudadana, movilidad y tráfico, o, por ejemplo, inspecciones de urbanismo, representan un mecanismo versátil tanto por las posibilidades de programación, como por las ventajas que ofrece frente a las personas, en términos de superficie, costes de desplazamiento, disponibilidad de personal, etc.

3.- Big Data. A estas alturas nadie duda que la administración dispone de millones de datos que pueden generar valor público, y que existe la obligación de trabajar para su apertura y posibilitar su reutilización. Pero esa reutilización pasa por la propia administración, por aprovechar las posibilidades que se ofrecen para ofrecer un mejor servicio, aplicar beneficios fiscales, y responder a ese papel integrador, la apertura de los datos debe llevarnos de gestionar la demanda a una posición proactiva, buscando el mejor servicio, personalizado mediante el big data.

4.- Prevención contra la corrupción. La introducción de las nuevas tecnologías constituye, en sí misma, una herramienta de prevención y lucha contra la corrupción, la trazabilidad de las actuaciones electrónicas, y la seguridad que rodea a su gestión favorece la confianza en la gestión, y la introducción de mejores sistemas de control. Sistemas de control que pueden aplicarse a sectores tan en riesgo y bajo sospecha como la contratación pública. Como ejemplos podemos citar como los sistemas alerta temprana impulsados por los pactos de integridad en la contratación impulsados por Transparencia Internacional España.

5.- Blockchain. Cada día nos toca aprender nuevas posibilidades (y anglicismos), y entre las más recientes y prometedoras está en Blockchain (la cadena de bloques para entendernos). Su utilización nos aportará integridad, seguridad, permitiendo descentralizar al entorno en el que tienen lugar las transacciones, En Blockchain es un elemento clave para el nuevo modelo de administración hiperconectada puedes consultar qué modelos se están estudiando para aplicar la Blockchain en la administración pública, y también recomendable la lectura de Pedro Fernández Saez en ¿Sabes qué puede aportar Blockchain a las Administraciones Públicas?

En conclusión, la IA en la administración (y en la sociedad) es ya el presente y tiene un gran futuro. La Agencia Tributaria cuenta con IBM Watson en sus desarrollos, aparecen aplicaciones predictivas, como Jurimetría, que hacen pensar en el papel de los jueces, en el caso de lo abogados, los estudios señalan que en los próximos 5 años, entre el 20% y el 50% de las tareas legales rutinarias se verán reemplazadas por la IA, capaz de automatizar un gran número de los procesos sin intervención de la firma de abogados. Todo ello sin olvidar la vertiente más generalista de la IA, ya probada en los modelos de  ciudades inteligentes, actuando sobre los consumos, generando y promoviendo un desarrollo  y un diseño urbano sostenible, de ciudades pensadas para las personas.

Ahora bien, con un matiz (importante, en mi opinión). Tenemos, pulseras y relojes inteligentes, neveras inteligentes,ciudades inteligentes, inteligencia artificial, pero sin duda lo que necesitamos son personas inteligentes, empleados públicos inteligentes,políticos inteligentes y, sin duda, el primer signo de inteligencia es la capacidad para adaptarse (por eso hemos llegado desde las cavernas a Marte). Ya lo decía C. Darwin “la especie que mejor sobrevive es la que mejor se adapta”. Toca pues adaptarse.